¿QUÉ ES UNA ESTRATEGIA PUBLICITARIA?

Una
estrategia publicitaria es el planteamiento y desarrollo de una campaña
utilizando los argumentos precisos en cada momento y adecuados a los medios de
comunicación empleados y conforme a uno de estos que hace al consumidor, al que
se busca dentro de la audiencia más apropiado.
Esta definición implica.
- Planificación de objetivos,
presupuestos
- Plan de medios
- Creación del mensaje.
- Lanzamiento.
- Evaluación.
Existen
tres reglas básicas en la estrategia publicitaria:
- Toda publicidad debe tomar
en cuenta la opinión del cliente. Esto significa que las estrategias
publicitarias deben enfocarse a lo que el cliente o potencial cliente
quiere escuchar o ver, no a lo que el publicista quiere decir. Hay que
ofrecer y comunicar el beneficio que la audiencia Quiere ver u oír.
- La publicidad no es divulgar
mensajes de ventas nada más, pero nada menos que lo anterior. Por lo
tanto, debe persuadir, esto ocurre cuando el receptor capta un beneficio
real.
- Los clientes compran
beneficios no atributos, los atributos son aquellas cosas o factores que
hacen posible el beneficio; al consumidor le interesan los beneficios no
los atributos.
Por
tanto, al hacer una estrategia publicitaria hay que tener en mente lo
siguiente:
- Vender el producto desde el
punto de vista del consumidor.
- Vender los beneficios del
producto
- Usar los atributos para
reforzar por qué son posibles dichos beneficios.
TIPOS DE ESTRATEGIAS
PUBLICITARIAS
El modelo tridimensional de Michel de Chollet,
este modelo es muy comprensible a la hora de abordar el estudio de las
principales estrategias globales y esta parte de tres dimensiones:
·
Los productos o servicios en su versión actual o
innovados.
·
Los espacios, que divide entre explotables y
actualmente explotados.
·
Las necesidades del cliente. Distingue entre
necesidades actualmente satisfechas y las necesidades susceptibles de ser
satisfechas en el futuro.
a) Estrategias competitivas: Su objetivo es
quitarle ventas a la competencia.
·
Estrategias comparativas: Tratan de
mostrar las ventajas de la marca frente a la competencia.
·
Estrategias de posicionamiento: El objetivo
es dar a la marca un lugar en la mente del consumidor, frente a las posiciones
de la competencia, a través de asociarle una serie de valores o significaciones
positivas afines a los destinatarios; o si es posible, apoyándonos en una razón
del producto o de la empresa, que tenga valor e importancia para los
consumidores.
·
Estrategias promocionales: Son muy
agresivas, los objetivos promocionales pueden ser: mantener e incrementar el
consumo del producto, contrarrestar alguna acción de la competencia, e incitar
a la prueba de un producto.
·
Estrategias de empuje (push strategy): Sirven para
motivar los puntos de venta, a los distribuidores y a la fuerza de ventas de la
empresa, a empujar más efectivamente los productos o líneas de productos hacia
el consumidor (aumentando márgenes, bonos, mejor servicio, publicidad
cooperativa, subsidio para promociones) Se trata de forzar la venta.
·
Estrategias de tracción (pull strategy): Permiten
estimular al consumidor final a que tire de los productos, a través de una
mejor aceptación de la marca, el concepto y el producto. Incitarle a la compra.
·
Estrategias de imitación: Consisten en
imitar lo que hace el líder o la mayoría de competidores. Son peligrosas y contraproducentes, suelen fortalecer al líder.
b) Estrategias publicitarias de desarrollo: Su finalidad es
potenciar el crecimiento de la demanda.
·
Estrategias extensivas:
Pretenden conquistar nuevos
consumidores. En mercados de fuerte y rápido crecimiento se recurre a la
distribución y a la publicidad, la cual ha de crear una fuerte imagen de marca,
para la futura supervivencia de la empresa.En mercados maduros, la publicidad
puede provocar o al menos apoyar una innovación técnica, nuevos sistemas de
distribución, disminución de los precios, o cambios de actitudes o hábitos de
consumo. La intención es la de activar los estados de estancamiento que caracterizan
a estos tipos de mercados.
·
Estrategias intensivas: Conseguir
que los clientes actuales consuman más, es decir, que aumente la venta por
cliente.Se suele plantear objetivos como incrementar el número de unidades
compradas, aumentar la frecuencia de compra, alargar la etapa de consumo.Se
suele exigir demasiado a la publicidad al enfocar los objetivos a corto plazo,
cuando se sabe lo largo y difícil que resulta el empeño de cambiar un hábito y
costumbre.
c) Estrategias publicitarias de
fidelización: Estas estrategias son complementarias a las
anteriores. Tratan de retener a los consumidores del producto, y mantener su
fidelidad de compra y consumo. Es decir, lograr un mercado cautivo, que
garantice las ventas futuras con las correspondientes evoluciones de precio.
Objetivos publicitarios que se
plantean:
·
Resaltar la presencia de la marca, aumentando la
cantidad y frecuencia de campañas publicitarias.
·
Actualizar la marca, modificando el anagrama y/o
logotipo de la empresa, para lograr un nuevo posicionamiento de la misma, en su
tarea de rejuvenecimiento, o bien, cambiando los ejes de comunicación.
d) Estrategias para posicionarse:
La más normal es la de “ir en contra del líder”,
que no significa un choque frontal, sino recurrir a comparaciones con la
competencia ya posicionada, conocida. Se trata de reposicionar a los
competidores. Esto se lleva a cabo desplazando su concepto de posicionamiento,
al hacer ver al consumidor, algo de la competencia que le obligue a cambiar de
opinión respecto a la misma y ofrecer en su lugar la nueva idea. La comparación
es eficaz debido a que el consumidor, en el momento que ha de elegir un
producto, en el punto de venta, lo compara con aquellos que ocupan los primeros
peldaños de la escalera de su categoría. La publicidad le ofrece la comparación ya realizada al receptor y le
evita un trabajo. Por supuesto, se la ofrece resuelta a favor del anunciante.
Ahora bien, si lo que se quiere es introducir una
categoría de productos desconocida, hay que colocar una nueva escalera en la
mente humana. Pero la mente no tiene espacio para lo nuevo, a menos que lo
relacione con lo antiguo, y por asimilación, penetre en su esquema y, por
acomodación, surja uno nuevo, lo cual explica el aprendizaje.
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